lunes, 29 de octubre de 2012

CUENTOS DE LOS ALUMNOS





LA MANSIÓN DE LA NIEBLA ETERNA

Trabajo de : CARLA LOSANTOS   5b.

 Era un hermoso día de verano en el que cuando me levanté me apeteció ir a leer un poco a la nueva biblioteca.
Cuando llegué vi que había una estantería dedicada a mis libros preferidos: los de misterio. Cogí un libro y empecé a leerlo y en una de sus páginas había un mapa  de la mansión de la niebla eterna , una casona abandonada en la selva negra que tenía unos túneles subterráneos en los que había un tesoro cuyo  guardián era un ogro .

Como estaba de vacaciones decidí hacer un viaje a la selva negra para investigar y si se presentaba la ocasión encontrar aquel famoso tesoro.

El viaje se me hizo muy corto pues lo hice en avioneta y estaba pensando todo el rato en las aventuras que pasaría en la misteriosa casona.
Cuando llegué anduve y anduve para ir a la mansión .Por fin llegué y la verdad es que daba muchísimo miedo. Intenté entrar pero la puerta estaba cerrada con un candado gigante. Entonces cogí una cuerda que por suerte estaba colgada de una rama de un árbol y trepé hasta la ventana más cercana. Entrar por la ventana fue muy fácil pues estaban todas abiertas y rotas.

Todo estaba lleno de polvo y todo tipo de insectos como cucarachas, arañas y ciempiés.  ¡Qué asco!...

Entonces dejé mi mochila y me puse a investigar. Llegó la noche y me instalé en la habitación más limpia que vi.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano con un dolor muy fuerte en mi boca , además me di cuenta de que estaba sangrando fui al baño y cuando me mire al espejo vi que no tenía ningún diente ¡alguien me los había arrancado!

¿Qué me habia pasado?¿Quién habría sido?
Con un dolor terrible en mi boca salí a la calle y vi que ¡tenía vecinos!
Mis vecinos eran una familia de  hombrecitos de color rojo de no más de medio metro que en cuyas cabezas resaltaban 5 ojos, 3 delante y 2 en su nuca. ¡Nada escapaba a su vista  El que parecía más anciano llevaba un collar de dientes humanos .

Les pregunté como pude haciendome mucho daño en las encias - "¿de donde habeís sacado esos dientes? "

Y ellos me respondieron :"¡ los arrancamos a los intrusos cómo tú !¡suerte has tenido que no te hemos cortado las orejas! "

Yo les pregunté  : "y , ¿cómo no me dolió cuando me arrancasteis los dientes?"

"Te dimos de nuestra pocima secreta anestesiante .Tenias mucha sed pues te bebiste los únicos 5 litros que teníamos ".

Yo estaba estupefácto no sabía que decirles.

-"Y, ¿para qué queréis los dientes? "

-"Solo si llevas un collar de dientes humanos colgado al cuello te libraras del ogro que protege el tesoro " me dijeron. 

Esa misma noche decidí ir a buscar a el famoso ogro de los dientes podridos. Empecé a buscar la entrada del túnel que señalaba el mapa y al final la encontré en la habitación en la que había dormido  detrás de una estantería llena de libros. Bajé y encontré un camino largo cabado en la roca. El mapa indicaba que para llegar al tesoro debería de salir vivo de tres pruebas:

1ª-Ratas gigantes de dos cabezas.

2ª-El abismo infinito.

3ª-Los murcélagos vampiros.

Armada de valor llegué a una cámara dónde estaban las ratas gigantes. Nada más verme se abalanzaron sobre mi tres de ellas Recordando que tenía mi móvil lo saqué y puse el sonido de un león que rugía con mucha fuerza ¡todas se fueron asustadas!

Estaba muy contenta pues había conseguido pasar la primera prueba.

Seguidamente fui a la segunda cámara dónde me esperaba un precipicio enorme en el que abajo muchos cocodrilos esperaban a que me cayera para comerme. En el borde del precipicio había una tabla muy resbaladiza. Saqué de mi mochila mi ala delta portátil con la que volé muy cerca de los cocodrilos. Al fin llegué al otro lado. ¡Ya solo me quedaba una prueba!

Después de mucho caminar estaba agotada. Me tumbé debajo de un árbol y me quedé dormida. ¡Unos terribles gritos me despertaron! ¡Eran los murciélagos vampiros dispuestos a chuparme la sangre! Me acordé de que tenía una linterna con una potente luz. Así que la saqué y tanto les molestó la luz que huyeron despavoridos. ¡Lo había conseguido con un poco de ingenio y suerte!

Ya solo me quedaba darle el collar de dientes al ogro.

Nada más cruzar una puerta me encontré con el ogro y la verdad es que era horrible. Su boca llena de dientes podridos olía cómo una granja de cerdos.


El ogro me dijo que lo había hecho muy bien , pero que si quería entrar le tenía que dar un collar de dientes humanos. El pensaba que no lo tendría, pero cuando lo saqué de mi bolso dijo:"no puede ser". Yo se lo dí y él me dejó entrar . Ande y ande por un túnel subterráneo hasta llegar a una habitación toda de oro que tenía miles y miles de cuadros...Era muy amplia y al final tenía un baúl , también de oro . ¡Era precioso! Estaba cerrado con un candado . En ese momento me acordé de lo que me dijo el ogro : "Para conseguir la llave tienes que seguir un camino de piedras que verás al final de la habitación".
La encontré , era preciosa...

Rápidamente fuí a dónde estaba el baúl con el tesoro , pero había desaparecido.

Corrí hacía el ogro y le pregunté si había dejado entrar a alguien más y quiénes eran .Me dijo que había dejado entrar a unos hombrecitos rojos y que a cambio le habían dado otro collar de dientes.

También me dijo que se lo habían llevado corriendo y que él había intentado decirles que tenían que coger la llave pero no le habían oído . Le dije que muchas gracias por todo y me fui pitando a coger a los hombrecillos rojos arrancadores de dientes.

 Los encontré en su casa echando una siesta. Así que aproveche su descuido para llevarme el tesoro y subirlo a la avioneta.

Por fin de vuelta a casa y lejos de la mansión de la niebla eterna. Pero todavía me quedaba una cosa por solucionar y que me haría sufrir. Ir al dentista y ponerme dientes nuevos. Pero esta vez ¡serían de oro!  

Así termina mi historia espero que os haya gustado.


 

Las Terribles   Desapariciones    

       Víctor  Ortega Albillos

                             

    Un día, Juan nos dijo en el colegio -Cerca de la casa de mi tío, hay una casa destartalada,  muy, muy vieja. Mi tío me dijo que la gente que entraba nunca volvía a salir. Podéis pensar  lo   mismo que yo , que podía salir por la noche de la casa, o cuando mi tío no estuviera mirando   por la ventana. La verdad es que sí que habíamos pensado en eso. Nos quedamos mirando unos   a otros como diciendo ¿Éste cómo lo sabrá?  

-Bueno, ¡¿puedo seguir o no?!- 

 Nos callamos para  seguir escuchando a Juan. No sabíamos si era verdad o no, pero él lo decía con tanta seguridad  en las frases que parecía que sí que era vedad

. -Como estaba diciendo- siguió -yo también creía Eso al principio, pero luego me fui dando cuenta poco a poco de que las personas que entraban  nunca más estaban por el barrio. El otro día, vi a una señora, muy mayor ayudada por un bastón,  vecina de mi tío, que llamaba al timbre de esa casa. Le abrieron la puerta, entró y ya no salió.

      Me quedé mirando toda la tarde la casa, y de ella no salió nadie.

      -Oye, Juan- dije yo- ¿de verdad que no nos estás tomando el pelo? Porque si es una broma no  tiene ni pizca de gracia.

       -¡Eso!- dijo Felipe, el cerebro de nuestro grupo.

       Para que nos conozcáis mejor, hago un repaso de todos nosotros.

       Empezando, yo diría que empiezo por....   Juan. Juan es el gracioso del grupo, siempre nos anda  contando chistes de aquí para allá, de allá para acá. Es muy feliz y casi siempre tiene unasonrisa en la cara.

        Un ejemplo de cuando no sonríe: en los exámenes de cono.

        Otro es Rodrigo, es el más guapo del grupo. Tiene el pelo largo y tiene muchas pecas. Se cree  un poco chulo, pero es muy buen amigo. Siempre nos intenta dar miedo con lo de que existen  los espíritus y los fantasmas, y no nos lo creemos. Aunque ahora yo sí un poco.

       Luego estoy yo. Siempre me he creído como el jefe del grupo. Soy el que propone las ideas,   los planes... Soy bastante alto y soy muy aventurero. Aunque a veces tengo bastante miedo de  algunas cosas. Me gusta muchísimo el skate, y también me gusta ir saltando por ahí. Todos  me dicen que al final un día me voy a romper algo, y la verdad es que tienen razón, pero yo  sigo haciéndolo.   Después, está Felipe. Es el más listo de los 5. Siempre saca 10, y si no los saca, se vuelve loco,      y dice que no puede sacar menos de un 10,( aunque saque un 9,9) y se tira todo el día y la mañana siguiente estudiando el examen. Yo creo que es un poco exagerado, por no sacar un 10,  pero bueno, Felipe es así. Él hace las estrategias de los días que jugamos a polis y cacos todos en el mismo equipo. Y si no nos toca juntos, nos pasamos todos al de los cacos. 

      Por último, está mi perro Black, igual que yo, es muy aventurero. Solamente tiene 2 años, y ya  corre muchísimo. Sin él y sin su olfato, muchas veces, ya estaríamos en el otro barrio.¡Goauf!    Bueno seguimos con lo que estábamos. 

    -No, no es una broma- dijo Juan- os lo prometo por el coche de mi padre 

    Ahí ya nos lo creímos más, porque si Juan lo prometía por el  coche de su padre( que era un    Lamborghini) o estaba loco o lo decía en serio.

 -Y ¿por qué no venís y lo averiguamos? 

    -!¿Pero cómo vamos a ir?¡- dijo Rodrigo  

 -Mirad, el viernes voy a pasar el fin de semana  en la casa de mis tíos, se lo preguntáis a vuestras madres y si os dejan venís   

 -¿Y si no nos dejan?- dijo Felipe, tan precavido como siempre.

 -Pues intentad que os dejen.- dijo Juan, y se  marchó dejándonos a todos con caras de abobados por lo que le contestó a Felipe.

    Llegó por fin el viernes, y a mí si que me dejaban ir, pero con la condición de que no    hiciéramos alguna locura. Me llevé a Black para que  nos acompañara a la aventura. Habíamos    quedado en la puerta del colegio. Ya estaban todos y me estaban esperando. Fui corriendo hacia    donde ellos con Black por delante mío. Es increíble como corre Black cuando quiere. Se les    echó encima de ellos lamiéndoles a todos la cara y los brazos. Se notaba que hacía tiempo que    no les veía. Luego fue hacia mí y se puso delante mío con la postura que siempre pone para  que le coja en brazos. Le acerqué los brazos para que se subiera y lo hizo de un salto. Yo creo que una de las cosas que más le gusta hacer es esto. Llegué hasta donde ellos y dijeron que ya  me valía por llegar tan tarde, y que ya estaban ahí desde hace ¼  de hora. Miré el reloj y pensé...

    ¡Pero si he sido puntual! No dije nada porque estaba tan cansado del sprint que había acabado de  hacer para llegar  hasta donde ellos que no me sobraban fuerzas. Llegó el coche de su tío.Nos   montamos todos y esperamos a llegar. El viaje fue bastante largo pero al fin llegamos. Su  casa se parecía más a una bodega que a otra cosa. La verdad es que lo primero que estaba buscando nada más llegar fue la casa destartalada de la que nos había hablado Juan. Por fin  la encontré y era exactamente como nos la había descrito Juan en el coche. Con las ventanas rotas agujeros en el tejado, de 5 pisos... Parecía un lugar de lo más lúgubre. Lo más raro es que donde  estábamos hacía sol y no había ni una sola nube en el cielo, y rodeando la casa había una nube negra con truenos y todo. No se cómo podía vivir al lado de una casa como esa.

    En medio había un camino de tierra que las separaban. No me entró duda de que ésta iba a ser   una aventura terrorífica. Entramos en la casa de los tíos. Era bastante grande y bonita. 

-Seguidme,    nos dijo Juan- os enseñaré vuestras habitaciones.

 A mí me tocó compartir la habitación con Felipe (y también con Black, por supuesto)

 -¿Cuándo vamos a ir a esa casa?- preguntó Rodrigo, impaciente para ver algún fantasma. 

-Mañana por la mañana iremos. Ahora no vamos a ir  porque se nos ha hecho tarde viniendo. Llevaremos comida y ropa de abrigo por si  hace frío.

   _ ¿ Alguien ha traído linterna? Porque la mía casi no tiene batería. 

Eso mismo les pasaba a todos,  menos mal que yo había traído linterna de cargar.- ¿Que haríais sin mi?- les dije para hacerme un  poco el chulo.

 -Pues nos quedaríamos a oscuras chillando de miedo, pero tu el que más- contestó  Rodrigo para dejarme en ridículo.

 - Bueno, vayámonos todos a la cama. -dijo Juan porque veía ahí lucha.

 Nos fuimos todos a la cama cansadísimos del viaje que habíamos hecho para llegar. Yo  me tiré encima de la cama y Black detrás mío . Me metí y Black se quedó encima mío pero fuera.

    Al día siguiente no podía abrir los ojos. Había dormido fatal por la  noche. Tuve pesadillas de que cogían a mis amigos, desaparecían y ya no les volvía a ver nunca más. Me levanté con dolor de  muñeca, de espalda y la pierna la tenía dormida. Decidí que si me duchaba se me quitaría el    dolor, o al menos se me olvidaría por algún rato. Me duché, me sequé y bajé a desayunar. Ya    estaban todos ahí, vestidos y desayunados. Miré al reloj: las 12 y media. No sé como  había    dormido tanto. Desayuné lo más rápido que pude, subí las escaleras saltándome 2 o 3 escalones.    Me quité el pijama de un golpe, y bajé vestido. Miré otra vez el reloj: las 12 y 33.UN NUEVO

    RECORD.

 -¿Llegamos a ir por la mañana? - pregunté refiriéndome a la casa. -Me temo que no.

    Salimos a la calle y fuimos al colegio. Hicimos un rápido con el balón de fútbol en el colegio.    Nos llamaron después de dos horas. Fuimos a comer. Cuando hicimos la digestión nos dejaron    salir a la calle. Cogimos las linternas, los bocadillos y nos fuimos. Salimos al colegio un poco y    pasada ½ hora fuimos al caserón. A Black le dio miedo la casa. Le puse dentro de mi chaqueta    para que no lo viera. ¡Cómo no le iba a dar miedo si hasta a mí me daba! El aspecto era tétrico y    espeluznante. Fuimos con dudas hacia la puerta y llamamos al timbre. La puerta se abrió sola y    chirriando. -!¿Hola?¡- pregunté -¿ Hay alguien?  Silencio absoluto. Miré un poco por el hueco     que había dejado cuando se había abierto. Estaba  totalmente oscuro. De repente empezó a llover con tanta fuerza alrededor de la casa que solo nos dejaba una opción : entrar . Entramos con    miedo y volví a preguntar lo mismo :

- !¿Hola?¡ ¿ Hay alguien? De repente, en cuanto pasó Felipe,    que era el último, se cerró la puerta de golpe  ¡Pam!

    Nos dimos un gran susto. Retrocedimos e intentamos abrirlas. Se abría un poco pero algo había    que estaba haciendo fuerza para que no se abriera. Era como que alguien estaba  haciendo fuerza  a la misma vez e intentaba que no consiguiéramos salir. De repente, vi una cara espeluznante delante mío. Era horroroso. Solo lo vi unos pocos segundos, pero estaba seguro de que no había  comido nada desde hace miles y miles de años. Estaba deshidratada y no tenía carne en la cara. 

    Todos retrocedimos asustados y nos caímos unos encima de otros. Ahí alguien se rompió algo    porque sonó algo parecido a un ¡Clack! Pero bueno, no era el momento de quejarse, así que  nos pusimos de pie y empezamos a correr. Después de 5 min. corriendo a sprint (estábamos muy    preparados para eso) decidimos parar un poco el ritmo y mirar atrás. No había nadie. El fantasma ( o zombi, o monstruo, o bruja o Freddy Krueger) le habíamos dejado hace mucho tiempo atrás.

    Cogí a Black en brazos porque veía que él no podía ni con su alma. !Eso por no venir a    educación física¡ Volvimos hacia atrás y tomamos el mismo camino. Cuando supuestamente    habríamos llegado a la puerta principal, estábamos otra vez donde nos habíamos parado. Una    cosa imposible ya que no habíamos dado un 360  andando. No sabíamos qué había pasado así que    volvimos por el mismo camino y nos volvió a pasar lo mismo. Lo volvimos a hacer y lo mismo y luego otra vez y otra y otra y otra y otra. Al final  acabamos agotados y mareados de tanta vuelta  y nos propusimos tomar la merienda que nos había preparado. Solo un pequeño y triste  mordisquito por si luego teníamos más hambre. Nos dimos la vuelta y vimos al ser más horroroso  que os podáis imaginar. La baba le caía de la boca como cae el agua en una cascada, los ojos se  le salían de su órbita y se volvían totalmente blancos, su aliento era una mezcla de putrefacción  y de muerto con un poco de escarabajo podrido, no tenía zapatos y en sus pies no tenía ni uña ni   carne. Mejor ni lo intentéis imaginar porque no podréis dormir en una semana. 

También le faltaba el pantalón y el calzoncillo parecía de metal o de hierro. Su aspecto era... era... no es posible explicarse con palabras. Bueno, en cuanto lo vimos ni dudé un segundo en correr a toda mecha, aun siendo en círculos. Bueno, en ese momento se me vino una idea a la cabeza. Siempre  íbamos por un sitio y salíamos por el otro, pero... ¿y si entrábamos por el otro? Ya sé que parece absurdo, pero bueno, había que intentarlo, ¿no? Esto se lo expliqué a los otros con 4 palabras

                    ¡¡¡¡¡¡Vamos por sus piernaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!! Con un ágil movimiento, fuimos    por debajo en un abrir y cerrar de ojos. El monstruo intimidaba por su altura y su aspecto pero    era muy torpe y muy lento. Fuimos corriendo,corriendo y corriendo con el aliento del monstruo    soplándome en la cocorota, con su aliento ardiente y helado. Fuimos corriendo y por fin vimos    una ventana en todo el castillo,estaba rota, así que entraba el aire fresco del exterior. Por un    momento, sentí un gran frescor y no era del gran monstruo. Me sentí nuevo y aliviado. Corrí con más ganas que nunca y a mis compañeros les pasó lo mismo. A mí me costaba un poco más    porque tenía que llevar a Black en brazos y pesa lo suyo después de comer. De repente vi una    cuerda que sujetaba una lámpara. ¿Cómo iba a fallar un tópico? Quité la cuerda y en el momento    cayó una.... o era un.. fue una cosa muy rara. En vez de caer la lámpara, cayó un mazo.  -¡ Oh    venga ya!  El monstruo se río con su boca maloliente y podrida. ¡Eso era un escarabajo? Va,da    igual. Ahora si que había que correr más por el mazo. Detrás se oyó un ¡clincc! de la lámpara.    ¡¡¡¿¿¿En serio???!!! qué mala suerte  tenía ese día, de verdad. De repente vi la puerta, la del    principio. Corrí hacia la puerta y dejé a Black en el suelo para abrirla con más rapidez. La abrí y    salimos. Cómo no, estaba lloviendo. Salimos al sol y nos secamos.

   Esto era un gran   descubrimiento para la humanidad

 

 

    FIN

  

El misterio de la casa de Ricazor

Escrito por Lucía Castro Barriocanal

Ricazor era un pueblo abandonado. Hacía años que no tenía un habitante. Los últimos habitantes de aquel pueblo eran los integrantes de una familia rica, que vivía en una mansión. La madre era la Duquesa Paula, que había dirigido Ricazor cuando era un gran pueblo lleno de esplendor. Pero cierto día, ella y su familia murieron misteriosamente.

Mientras tanto, en la ciudad de Málcar…

El jefe del circo estaba muy enfadado. Cada vez su espectáculo tenía menos público, porque siempre repetían su función en las mismas ciudades y la gente se aburría de ver siempre lo mismo. Por eso les decía a todos que buscasen un nuevo lugar para ejercer su trabajo.

-¡Venga, tenéis que encontrar un nuevo sitio para el espectáculo! ¡Necesitamos nuevo público!- decía el jefe.

Unos días después, llegaba uno de los equilibristas al despacho del jefe.

-¡He encontrado un lugar nuevo y cercano a aquí para hacer nuestro espectáculo! Se llama Ricazor y está a unos 80 kilómetros de aquí. Y tiene un terreno magnífico para poner la carpa-.

Así que, después de anunciar durante semanas el espectáculo en Ricazor, llegó el gran día. Montones de personas se acercaron a ese pequeño y solitario pueblecito para ver el espectáculo circense.

Después de horas de acrobacias y chistes, salió un hombre vestido de traje y dijo a todo el público:

 -Ricazor es un pueblo magnífico que lo tiene todo. Todo menos habitantes. ¿No os gustaría volver a poblarlo?-

 Todos se pusieron a gritar y a aplaudir y días después pusieron carteles por Málcar para que Ricazor tuviese habitantes de nuevo.

Después de un mes, la mayoría de las casas del pueblo ya estaban vendidas. Ese día llegaba al pueblo una familia que se había instalado en la mansión de la Duquesa Paula.

El padre, Alberto, estaba encantado con esa mansión. Su hijo se llamaba Mario y tenía siete años. Su hija era Leonor y tenía quince años.

 –Mirad qué casa tan maravillosa tenemos. Perteneció a la familia de la Duquesa Paula hace siglos- les comentaba Alberto a sus hijos. A él le encantaba la cultura y las antigüedades.

 -Papá, ¿qué paso con la Duquesa Paula? -le decía Mario, que era muy curioso.

–Se murió, hijo. Y su familia también. Dicen que la única persona de esa familia que sigue viva (será su tataranieta, o algo así) es una mujer que se crió en los bosques y permanecía día y noche quieta. Tan sólo se movía para acercarse a algo muerto-. Pero Leonor no estaba de acuerdo

- Seguro que es una leyenda.

Unos días después, Leonor despertó antes que todos los demás. Unos ruidos que venían del piso de abajo la molestaban. Pronto, fue a la habitación de su hermano y le despertó.

 – ¿Has oído eso?-  Le preguntó.

Se oía un “bum, bum, bum” que venía del piso de abajo.

 – Igual es…- ella hablaba a Mario con voz tenebrosa para asustarle-

 ¡Un fantasma!-

Mario se asustó tanto que dio un grito que despertó a sus padres. Su madre, Carolina, se levantó a ver que pasaba.

–A ver, Leonor, ¿qué haces en la habitación de tu hermano a media noche?- su madre estaba muy enfadada.

 Pero Mario dijo - Mira lo que se oye del piso de abajo. ¡Es un fantasma!- se oía de nuevo el “bum, bum, bum”.  Carolina les dijo que bajasen a ver lo que pasaba, mientras ella le decía a Alberto por qué se había oído un grito. Los dos hermanos bajaron, Leonor algo más decidida que Mario. Cuando bajaron se dieron cuenta de que los ruidos venían de la puerta. Leonor miró por la mirilla de la puerta pero no vio a nadie. Entonces Mario abrió la puerta.

 Ninguno de ellos pudo contener un grito de terror. Era una horrorosa  anciana de ojos bicolor y rostro arrugado.

 -¿Hola?- dijo Leonor aterrorizada.- ¿Quién eres tú?- la anciana parecía enfadada y su cara brillaba en medio de la noche.

–Soy la única descendiente de la Duquesa Paula. Cada noche me acerco aquí a despertar a los espíritus de su familia. Y no voy a dejar que no despierten hoy

 Leonor y Mario cada vez estaban más asustados. Pero la anciana prosiguió

-¿Vosotros vivís aquí?- los dos hermanos asintieron

 -¡Ésta casa está maldita! La Duquesa Paula vivió aquí, pero un día murió junto a se familia. Entonces la casa absorbió su alma, y ella se dispone a obtener el alma de todos los que se acercan aquí-

. De repente la puerta se cerró de golpe. Los niños la volvieron  abrir, pero la anciana ya no estaba. Sus padres estaban en la escalera, lo habían oído todo.

 –Niños, a la cama. Olvidad lo que ha dicho, ¿vale?-

 Pero los cuatro sabían que la anciana podría tener razón. Todos se fueron a la cama, pero ninguno durmió  más. Al día siguiente, Alberto fue a ver a una famosa vidente, a la que preguntaría por el misterio de esa casa.

-Al parecer, la casa está maldita. Espíritus malvados la habitan. Están por todas partes. Me gustaría ir esta noche a hacer una exploración a la casa-.

Esa noche, la vidente fue a su casa con todo tipo de artilugios raros. Empezó por poner cascabeles y plumas colgando por todas partes. Luego, echó polvos encima de los muebles y por último quitó todos los cuadros de las paredes y los apiló en una esquina. Entonces, esperó a la anciana.

Alberto y Carolina se habían dormido en el sofá. Sin embargo, Mario y Leonor  permanecían despiertos. Pronto se oyó de nuevo ese “bum, bum, bum” que anteriormente les había despertado. La vidente les hizo un gesto para que se hiciesen los dormidos. Abrió la puerta y antes de que esa anciana pudiese articular una  sola palabra, la vidente pronunció un extraño conjuro:

Las noches se acercan

Y la luna ilumina

Todo cuanto tus ojos pueden ver.

Los espíritus se marchan

A su propio comienzo

Y las almas ya muertas descansan en paz.

La puerta se cerró de la misma forma que la otra noche y la anciana desapareció. Una niebla de color verde recorrió la habitación y todos despertaron.

 La vidente dijo- Yo ya he hecho mi trabajo-.

 

Justo cuando la vidente se fue, los cuadros apilados volaron y se colocaron en fila. Las cosas colgadas cayeron de golpe y el polvo de los muebles se fue evaporando por el techo. Pero las plumas se habían soltado formando un corazón; se oyó el tintineo de los cascabeles y de repente las plumas se separaron formando un corazón partido por la mitad.

Los cuadros se cayeron y el dibujo se borró. Se oyó una risa malvada pero no había nadie. Sólo una sombra en la columna que parecía llevar un vestido antiguo. Una sombra igual pero más baja se acercó a la otra, y la niebla verde formaba sus bocas riéndose. En las paredes apareció en rojo la frase

 “VAIS A MORIR”

. Los cuatro salieron corriendo hacia la puerta pero estaba cerrada. Las paredes se alargaron hasta tapar las ventanas, las lámparas cayeron y el fuego de la hoguera se apagó.

Al día siguiente…

Esa mañana todos los vecinos se arremolinaron el la puerta de la casa, pero aún así evitaban entrar al jardín o tocar la valla. Todos estaban disgustados, preocupados y asustados, pues esa noche aquella familia había muerto misteriosamente.

Fin

 

                     


 











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